Rompepatas

Posted on | domingo, 14 de noviembre de 2021 | No Comments

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2020 - 60 años de la "Masacre de Huayllacancha" - Rancas

Posted on | sábado, 2 de mayo de 2020 | No Comments

2 de mayo de 2020 - Se conmemora 60 años de "La Masacre de Huayllacancha" ocurrida en la comunidad de Rancas (Pasco-Perú), y aunque por la emergencia sanitaria no se realizan las actividades de conmemoración acostumbradas , la memoria no debe poner "pausa"...

"Lo que inicialmente empezó como una lucha tenaz, obstinada y heroica por defender un pedazo de “cancha” (así se denominaba a una pequeña extensión de pastoreo) o a la lucha contra un cerco que impedía el acceso a tierras reclamadas como suyas por comunidades y haciendas terminó con la aplicación de una Reforma Agraria que en alguna medida se aplicó y terminó con las Sociedades Ganaderas". (Caballero, 1980, p.10) #ReformaAgraria #Pasco #Rancas

La imagen puede contener: 2 personas, personas de pie, cielo, nube y exterior
Fotos y composición : Elizabeth Lino Cornejo




Ni ausencias, ni minutos de silencio / Memoria viva Genaro

Posted on | martes, 22 de mayo de 2018 | No Comments

"Oh santa rebeldía, 
en Rancas y Yanahuanca 
no se dejan los muertos enterrar; 
lágrimas coléricas frotadas 
laten en la exhausta arteria; 
los muertos caminan y se quejan, 
no ha podido el balazo 
 vaciarles todo el ser." **

Genaro Ledesma Izquieta ingresó al hospital Rebagliati el sábado 24 marzo de 2018 por emergencia, entonces presentaba un cuadro de neumonía, insuficiencia renal, presión alta y otras complicaciones debidas a su edad. Estando en emergencia fue cuando le sobrevino una fiebre muy alta. Para nadie es desconocida la situación de los hospitales en nuestro país, los pacientes llegan a poblar los pasillos por días indefinidos esperando a que se les asigne una cama, sin el mínimo respeto a su dignidad. Lamentablemente Genaro llegó a sumarse a este grupo, lo tuvieron por varios días en un pasadizo. Quienes hemos recorrido dichos espacios – y no somos pocos- sabemos cómo los pacientes son expuestos sin un mínimo de preocupación, sumándose a ello en el trato la falta de humanidad y empatía del personal de salud.
Todos aquellos días tendido en una camilla en los pasillos del hospital empeoraron su situación, a tal punto que perdió la conciencia producto de un paro cardiaco. Luego de reanimarlo, recién entonces decidieron trasladarlo a la sección de cuidados intermedios. Esa fue su última estancia, entubado, inconsciente de lo que sucedía a su alrededor, conectado a un respirador artificial. Acompañado de su familia, pero sin poderse comunicar con ellos. El hombre que por años había recorrido los andes acompañando a campesinos, obreros y estudiantes estaba en su cabalgata final ¿Cuánto más pedirle a aquel cuerpo después de haber sufrido persecución y años de años de cárcel?
Las denuncias por desatenciones y malos tratos en los hospitales del país son incontables, y el hospital Rebagliati no es la excepción. Indigna saber que una persona de la tercera edad sea mantenida en un "no-lugar" pese a su delicado estado de salud. Porque eso es lo que son los pasillos de hospital, lugares impersonales donde simplemente abandonan a los pacientes sin apiadarse de su angustia y sufrimiento. Donde las personas se ven obligadas a perder la dignidad, esa que lucharon por mantener toda la vida.
Ningún ser humano merece un trato así, Genaro Ledesma no lo merecía. Todo asegurado debería ser recibido en una cama de hospital con los cuidados respectivos y no ser expuesto a posibles contaminaciones. El Estado Peruano se muestra incapaz de darle atención digna a los pacientes, no fiscaliza, no capacita, no supervisa, no está interesado en la salud del ciudadano peruano.


Genaro Ledesma como un gran roble, bordeando los treinta años, llegó a Cerro de Pasco y fue alcalde entre los años 1958-1960. Si bien su fin al llegar a nuestra carcomida ciudad fue la de cubrir una plaza de maestro que nadie quería cubrir, pronto se involucró con campesinos, mineros, estudiantes y artistas populares. Los peruanos no debemos olvidar su tremendo protagonismo en aquellos años de luchas por las tierras y abusos de hacendados y terratenientes. La historia oficial escrita y amañada desde poderes abusivos han pretendido cambiarnos la imagen de quienes, como Genaro Ledesma, Hugo Blanco, Saturnino Huilca, Alfonso Rivera, Silveria Tufino, Héctor Chacón y otros tantos hombres y mujeres en distintos lugares del país pusieron el cuerpo en la lucha con el pueblo, por ello sufrieron persecución, cárcel o incluso muerte.


"Genaro vuelve a Cerro de Pasco, mientras la nieve cae sobre sus recuerdos"
De "La tumba del relámpago"
Conocí a Genaro el año 2004 en Rancas, cuando llegó entusiasmado llevando un documento a la comunidad. Era un registro en audio del mitin improvisado la noche del 2 de mayo de 1960 después de la masacre ocurrida en Huayllacancha. En aquel audio las voces indignadas, no solo de los ranqueños pedían justicia por los muertos y heridos. Los representantes de los gremios se solidarizaban y él pedía calma. Ese 2004, ya era un hombre mayor, tenía todavía la voz potente, imponente. Me encontraba arrodillada grabadora en mano escuchándolo, tratándo de imaginarlo con unos años menos. Solo después de su muerte llegó a mis manos una fotografía suya de su juventud.

Después de muchos años, después de conocer a los protagonistas de aquella dura historia, después de ser recibida generosamente en sus casas y permitirme grabar sus testimonios e historias de vida aún me quedaba una pieza suelta en ese gran rompecabezas. Esa pieza era Genaro, y no porque me faltara "su testimonio",ya que él había escrito y dado cuenta de alguna manera u otra sobre este suceso. Quienes están involucrados en el ejercicio de la historia oral saben que cuando se trabaja con un conjunto cada pieza que se va hallando va enriqueciendo cada vez más la investigación, va llenando vacíos de una forma increíble. En este caso las voces, las miradas, las respiraciones, los silencios; todo forman un gran conjunto. Para entonces ya había hecho una revisión de documentación de archivo pero, recién cuando su voz y su mirada se dirigieron a mí narrando la historia desde su perspectiva, cuando suspiró por el recuerdo, cuando su mirada se perdió en el vacío al recordar nombres y acontecimientos; recién tuve la sensación que una especie de relámpago unía todas las piezas de mi rompecabezas.
Fue en noviembre del año pasado (2017) cuando juntamente con Gustavo y Carlos Gora Oscátegui hijos de Josefina Oscátegui y Gabriel Gora, el entonces personero legal de la comunidad, nos lanzamos en su búsqueda. El último de los encuentros pareciera haber sido premonitorio, nos habló de la despedida que le hicieron los ranqueños a los tres mártires asesinados el 2 de mayo de 1960, "lloraban despidiéndose de ellos en la madrugada, adiós les decían", nos lo contó levantando los brazos con gran nostalgia. Meses después lo despediríamos nosotros.
Durante el velatorio hubo algún momento en que se vieron algunas sillas vacías, pero se me ocurrió pensar que esas sillas y el local estaban repletos de ánimas de campesinos y campesinas. Imaginé a los viejos comuneros de Rancas, Yanacancha, Yanahuanca y Yarushyacan masticando coca, habiendo pasado toda la noche velándolo. Recordando entre humo de cigarro y calientito todo lo vivido. Imaginé los peroles hirviendo para compartir la comida, el café macho y las galletas de soda. Imaginé a los campesinos con sus pies cortados por el barro seco extender los brazos y recibirlo diciéndole: Lo estábamos esperando doctor "y vengan los aplausos a manos llenas ¡El nombre del amado sea ovacionado y no llorado!"**
Hasta siempre Genaro, hasta siempre abuelos y abuelas. Ojalá nos quede en las venas un poco de su coraje. Hoy lo necesitamos más que nunca....
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*Del poemario "El rostro de la tierra en el espejo" (1962) G. Ledesma
**Del poemario "He de extraerte la ausencia" (1996). G. Ledesma.
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Recuerdo ofrecido por la familia Ledesma en conmemoración del primer mes del fallecimiento del luchador social, político, poeta, padre, abuelo y amigo Genaro Ledesma Izquieta. El documento es un homenaje que recoge dos poemas de su libro "He de extraerte la ausencia", y un poema de su nieto César, también literato y escritor dedicado a él y titulado "Tata", de la misma forma aparecen algunas fotografías. Este poemario a manera de recordatorio fue obsequiado durante la misa ofrecida el domingo 6 de mayo de 2018 en en la parroquia El sagrario de Lima (catedral de Lima).

"Teniamos derecho a recuperar lo que era de nosotros"

Posted on | domingo, 25 de octubre de 2015 | No Comments

Las malcriadas suma a su galerìa de memoria el recuerdo de Josefina Oscàtegui Còrdova, y en ella el recuerdo de la participaciòn de la mujeres pasqueñas en la recuperaciòn de tierras en la dècada de 1960. Josefina, la mujer en la lucha por la tierra.

 "A la comunera Silveria Tufino le hieren por que se ponía lisa cuando no le dejaban pasar a sus vacas hacia los pastos, entonces les tiró palo a los policías y ellos le tiran bala. Yo ya me había salvado de todo, en eso había solo cinco mujeres, ya no habia gente, Juanita, Pancha y otras de Yurajhuanca y yo. Nos habían desalojado, estábamos fuera del puente, en eso aparece don Teófilo Sanchez y de varon llora y nos dice: no se vayan pues señoras ahorita nos están desalojando. ¿Yo que hice entonces? empecé a recoger pedazos de carbón y empecé a tirarla con mi honda. Después de tanto aventar le llega a la oreja del policía, se ha polveado (molestado). Me doy la vuelta y empezaron a dispararnos, a mí me llega por el talón, ya no teníamos fuerza para hablar, le digo: ¡mátenme!, y me dicen que soy malcriada, dicen que les estaba insultando en ese momento" 

Testimonio de Josefina Oscátegui Córdova publicado en "Cincuenta años de la heróica resistencia de la comunidad campesina de Rancas en Huayllacancha". Comunidad de Rancas.2010 ‪
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Rancas 2 de mayo de 1960: mártires y masacres que siguen sucediendo en el Perú hoy

Posted on | sábado, 2 de mayo de 2015 | No Comments

Foto: Kevin Roger Olazo Paredes / 1 de mayo de 2015/ representación de la masacre en las
pampas de Huayllacancha (Rancas) /conmemoración por los 55 años


La primera vez que asistí a una conmemoración de la “Masacre de Huayllacancha” en la comunidad de Rancas, fue en mayo de 2004. Aquella vez llegó de manera inesperada al evento que se desarrollaba en la comunidad, el abogado Genaro Ledesma Izquieta. Ledesma fue en la década de 1960 una figura clave en la lucha por la recuperación de la tierra en la zona de Pasco, entonces era alcalde de Cerro de Pasco y también profesor de un colegio secundario. En dicha conmemoración, tomó la palabra y muy emocionado hiso un recuento testimonial en el que relató lo sucedido el día 2 de mayo de 1960 en las pampas de Huayllacancha. Mencionó con especial énfasis su intermediación para el cese de la batalla, así como la participación de la población en un gran mitin en protesta por el asesinato de los comuneros ranqueños; el que se llevó a cabo ese mismo día en Cerro de Pasco. 

Entonces, Ledesma regresaba a Rancas después de muchos años y lo hacía para llevar a cabo un acto simbólico: hacer entrega a la comunidad del registro en audio del mitin realizado en una de las plazas principales de Cerro de Pasco la noche del 2 de mayo de 1960. Material que - según dijo - había hallado después de mucho entre sus recuerdos del tiempo vivido en Pasco. Este era un registro que él consideraba de enorme importancia para la historia de la comunidad. Logré conseguir una copia de dicho audio gracias a un joven comunero, parte del grupo de amigos que siempre fueron muy generosos conmigo para el acopio de material en mi investigación. La grabación contiene una buena parte de dicho mitin, en ella, además de los discursos de algunos dirigentes se oyen las voces airadas de la población exigiendo justicia por la arremetida que ese día dejó tres muertos. 

¿Cómo se dieron los sucesos en la comunidad de Rancas por la recuperación de tierras? El primer momento fue el largo tiempo invertido en los reclamos por la vía legal, los que no fueron atendidos, los que no quisieron ser escuchados, los que se silenciaron; más tarde vendría la organización para la toma estratégica de las tierras que les habían sido usurpadas por la Hacienda Paria. Este último, ocurrió el año 1960 y comenzó traspasando el cerco colocado por la hacienda y el posterior ingreso de los comuneros a los pastizales el día viernes 29 de abril. Aquel día se dio un primer intento de desalojo por parte de la policía. El 30 de abril la prefectura de Pasco recibió una denuncia de la Cerro de Pasco Corporation acusando a los comuneros de Rancas de haber invadido sus terrenos y se ordenó el desplazamiento de las fuerzas policiales a dicha zona para efectuar el desalojo. Finalmente los sucesos tuvieron su día crítico el día 2 de mayo, en el que se desató la arremetida violenta que dejó tres comuneros muertos y decenas de heridos. Esa misma tarde la población encabezada por sus dirigentes y el alcalde Genaro Ledesma, salieron en dirección a Cerro de Pasco. Buscaban al prefecto, querían la libertad de los detenidos, justicia por el asesinato de sus comuneros y castigo para la policía que los había atacado sin piedad. Exigían que los “gringos” de la Cerro de Pasco Corporation “dieran la cara” y asumieran su responsabilidad. 

Aquel día en las pampas de Huayllacancha fueron asesinadas tres personas. Pero la historia va más allá, se prolonga hasta el día de hoy; en Cajamarca ,en el Valle del Tambo (Islay)... en tantos lugares donde el Estado peruano ha dispuesto que sus fuerzas policiales estén al servicio de las empresas mineras. Donde se criminaliza, sataniza y veja al campesino, al comunero, al poblador que reclama por el abuso, por su derecho a la tierra y al agua- Con esta historia repitiéndose una y otra vez ¿Qué esperanza queda para hablar de progreso en el Perú?


Elizabeth Lino Cornejo


Presentación del libro "Josefina, la mujer en la lucha por la tierra"

Posted on | lunes, 27 de octubre de 2014 | No Comments

Gracias al despacho de la Parlamentaria Andina Hilaria Supa Huamán y a la COMUNA KORIPAMPA de Rancas, este lunes 3 de noviembre a las 5:00 pm. presentaremos el libro "Josefina, la mujer en la lucha por la tierra" en la Sala Quiñones del Congreso de la República.

Dicha presentación contará con la participación de la Parlamentaria Andina Hilaria Supa Huamán, comuneros de la Comunidad de Rancas y la autora del libro Elizabeth Lino Cornejo.



"Redoble por Josefina (Rancas 1960)"

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Artículo publicado por el historiador José Ragas en Exitosa Diario - Domingo 14 de setiembre de 2014 

"Postrada en una cama, Josefina mira a la cámara y son­ríe. Una bala le ha atravesado el talón izquier­do y la obliga a permane­cer en el hospital, donde la visitan su esposo y sus hijos. Ella no lo sabe, pero tiempo después tendrán que ampu­tarle la pierna. Su talón ha quedado completamente destrozado y la han sometido a numerosas intervenciones para detener lo que parece inevitable: que la gangrena se extienda al resto del cuer­po. Ella se resiste, inútilmen­te. Vivirá hasta los 85 años recordando lo ocurrido en mayo de 1960 en Rancas. 

Afortunadamente para nosotros, su testimonio fue recogido y ahora podemos conocer mejor a Josefina y el rol que desempeñó en las luchas campesinas contra la apropiación de tierras comu­nales que ha tenido lugar en estos últimos cien años. Eli­zabeth Lino Cornejo, antro­póloga –más conocida como “La Última Reyna” y por su intensa labor por llamar la atención sobre lo ocurrido con Cerro de Pasco y otros lugares amenazados por la contaminación minera–, ha publicado un bello libro con las palabras de Josefina Os­cátegui Córdova titulado Jo­sefina. La mujer en la lucha por la tierra (2014). El libro es acompañado por fotos del ál­bum familiar de Josefina. 

Al igual que Josefina, cientos de campesinos se movilizaron para defender sus tierras. En el caso de Rancas (Pasco), los comu­neros lo hicieron contra la ambición de una com­pañía minera, la Cerro de Pasco Corporation, que se extendía peligrosamente sobre las propiedades de la comunidad, perjudican­do la reproducción de su ganado. Por medio de un cerco y la colocación de “rompepatas”, los linderos de las tierras comunales se reducían cada vez más mientras los animales que los cruzaban terminaban con las patas destrozadas. Manuel Scorza encontró la forma de describir estos cercos al llamarlos “gusa­nos de alambre”. 

Enfrentados a esta situa­ción y en total desventaja frente a las autoridades, Josefina y los demás co­muneros decidieron pasar a la acción directa y recupe­rar las tierras usurpadas. Se organizaron, lo discutieron previamente en asamblea y procedieron a la toma en mayo de 1960. Quizás no se imaginaron que la repre­sión sería tan fuerte, y que tres comuneros morirían y varios de ellos resulta­rían heridos, Josefina entre ellos. Sus luchas han que­dado por lo general confi­nadas al recuerdo y los re­latos que se transmiten de padres a hijos, pero ahora gracias a este testimonio publicado podemos cono­cer las historias personales de quienes como Josefina y otras mujeres y hombres se defienden de la codicia." 


Karina Cristobal canta "Masacre de Huayllacancha"

Posted on | martes, 23 de septiembre de 2014 | No Comments

Karina Cristobal Rivera "La princesita del folklore", cantante folklórica de Cerro de Pasco interpreta "Masacre de Huayllacancha". La canción está dedicada a la memoria de los caídos durante el enfrentemiento en las pampas de Huayllacancha el año 1960, por la recuperación de tierras.
El vídeo está grabado en distintos espacios de la comunidad. Utiliza como fondo recurrente la pintura del artista Pastor  Rojas Mucha que se encuentra en la plaza de Rancas.

***


Un homenaje a nuestros mártires quienes perdieron la vida para recuperar 
la tierra de sus ancestros en las pampas de Huayllacancha

Un recuerdo a los comuneros por la masacre de Huayllacancha
el dos de mayo año de 60 que mal momento de los campesinos

Tres comunerosquienes murieron Alfonso Rivera, Silveria Tufino
quienes lucharon en Huayllacancha y el señor Teófilo Huamán

Ranqueños sin miedo y muy valientes perdieron sus vidas en la masacre
y recuperar la tierra del pasado perteneciente a sus ancestros

Quedan en recuerdo nuestros comuneros quienes lucharon en la masacre
Quedan en recuerdo nuestros comuneros quienes lucharon en Huayllacancha


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Josefina y la memoria

Posted on | lunes, 25 de agosto de 2014 | No Comments

        El suplemento Dominical de el diario el Comercio publicó el domingo 24 de agosto 2014, una nota sobre  mi libro "Josefina, la mujer en la lucha por la tierra". 

 Este libro es parte de un trabajo extenso que he desarrollado en la Comunidad Campesina de Rancas (Pasco) sobre la recuperación de tierras y la memoria sobre el enfrentamiento entre la comunidad y la policía el año 1960, y cuya sistematización está en proceso. Investigación que me ha llevado a conocer parte de la historia campesina de Pasco desde la historia vida de personas entrañables a quienes nunca dejaré de agradecer la hospitalidad,el cariño y la confianza. Esta publicación, en particular, pretende, desde el ejercicio de la memoria contribuir a documentar la participación de las mujeres pasqueñas en la lucha por la tierra. 

        El año 1960, la comunidad de Rancas había realizado ya múltiples intentos por la vía legal en la búsqueda de la restitución de sus tierras usurpadas por la empresa minera y hacendada Cerro de Pasco Copper Corporación. Años en los juzgados, documentación, papeles y viajes a la ciudad de Lima resultan fallidos, es cuando deciden recuperar sus tierras por la vía directa. Entonces, en una acción estratégica donde participaron hombres mujeres y niños, rompen los cercos y se instalan en la majada de Huayllacancha. Las fuerzas policiales llegan a realizar el "desalojo", la Prefectura de Pasco había otorgado garantías a la Cerro de Pasco y no a la comunidad. Murieron entonces tres personas, decenas de heridos sobrevivieron aquel día y terminaron llevando la historia en marcas grabadas en sus cuerpos. Josefina Oscátegui Córdova fue una de ellas, una bala le destrozó el talón izquierdo porque se "puso malcriada" con los policías. La lucha de la comunidad de Rancas desencadenó una inmensa ola de tomas de tierras en las comunidades de Pasco. 

         Es esta una parte de la historia de la violencia en el Perú. Una historia que como una plantilla macabra se repite una y otra vez. Las comunidades en la defensa de sus territorios no dejan de pasar por "el escarmiento", como lo llamó Manuel Scorza en una entrevista que le hiciera Tomas Escajadillo en 1978, cuando decía que las rebeliones siempre terminan en masacre. En la recuperación de tierras del poder hacendado en la década de 1960 las fuerzas policiales quemaban chozas, maltrataban a las mujeres, le disparaban a los niños, le rociaban gasolina a las comida. Luego, el Estado Peruano como parte de ese "escarmiento" recluía en la cárcel a sus dirigentes y sus aliados políticos. Los partes policiales afirmaban que esas masas se encontraban embriagadas, que "esa gente" no tenía conciencia de lo que hacía porque eran manipulados por los intereses de sus dirigentes. ¿Cuánto de eso ha cambiado en el Perú de hoy? 

        "Josefina, la mujer en la lucha por la tierra", es una invitación a la reflexión sobre la participación de la mujer en la lucha campesina. Una invitación a conocer desde lo más íntimo, desde una historia de vida, una parte de la historia del Perú.

"Silveria fue una mujer de carácter, de bastante coraje"

Posted on | domingo, 4 de mayo de 2014 | No Comments

"A la comunera Silveria Tufino le hieren por que se ponía lisa cuando no le dejaban pasar a sus vacas hacia los pastos, entonces les tiró palo a los policías y ellos le tiran bala. Yo ya me había salvado de todo, en eso había solo cinco mujeres, ya no habia gente, Juanita , Pancha y otras de Yurajhuanca y yo. Nos habían desalojado, estábamos fuera del puente, en eso aparece don Teófilo Sanchez y de varon llora y nos dice: no se vayan pues señoras ahorita nos están desalojando. ¿Yoque hice entonces? empecé a recoger pedazos de carbón y empecé a a tirarla con mi honda. Después de tanto aventar le llega a la oreja del policía, se ha polveado (molestado). Me doy la vuelta y empezaron a dispararnos, a mí me llega por el talón, ya no teníamos fuerza para hablar, le digo: ¡mátenme!, y me dicen que soy malcriada, dicen que les estaba insultando en ese momento".  

Testimonio de Doña Josefina Oscátegui Córdova - En: COMUNIDAD CAMPESINA DE RANCAS. Cincuenta años de la heroica resistencia de la comunidad campesina de Rancas en Huayllacancha. Rancas: Fondo Editorial de la Comunidad Campesina San Antonio de Rancas, 2010

Imagen: "Las Malcriadas" No salimos en el Trome, salimos a la calle.  


Rancas, la historia detrás del mito

Posted on | lunes, 26 de agosto de 2013 | No Comments

Artículo publicado en el suplemento Dominical del diario El Comercio - 25 de agosto de 2013 

Elizabeth Lino Cornejo



Sobre las luchas campesinas de los años sesenta en Pasco no existe aún un estudio histórico que muestre su verdadera magnitud política y social. La historia oficial no la contempla dentro de su corpus obligatorio a ser estudiado en los colegios. El trabajo de Manuel Scorza ha sido por largos años el mayor referente y es -desde esa producción literaria- que Rancas se ha convertido en el símbolo más destacado de una larga historia de abusos, muertes y resistencias. No debemos olvidar que el trabajo literario de Scorza logró lo que años de juicios y reclamos no hubieran logrado, la liberación de Héctor Chacón, uno de los más importantes dirigentes campesinos de la zona y recluido en el penal del Sepa. De la misma forma, motivó que el General Francisco Morales Bermúdez eligiera Rancas para anunciar, en 1974, que “La reforma agraria era un hecho irreversible”. 

Tierras y despojo 

Ya desde 1958 diferentes comunidades de Pasco se venían movilizando en la búsqueda de la legitimidad de sus derechos. Debemos recordar que en esta zona las haciendas tenían dos figuras: un poder capitalista - como es el caso de la Cerro de Pasco Corporation, Lercari Hermanos y la Algolán S.A de Eulogio Fernandini - y por otro lado el poder semi-feudal de un gamonalismo más tradicional, en lugares como la Quebrada de Chaupiwaranga. 

Las comunidades de Yanacancha, Rancas, Huayllay, Ninacaca, Ticlacayán, Huariaca, Pallanchacra, Villa de Pasco, Huarautambo, Chinche, Paucar y otras de la zona habían pasado largos años en la vía legal sin ninguna respuesta. Finalmente deciden tomar posesión de los terrenos que reclamaban como suyos. El año 1959 la comunidad de Yanacancha hace un primer intento fallido de recuperar, a través de una ocupación, terrenos de la hacienda; unos meses después, en mayo de 1960, la comunidad de Rancas sigue su ejemplo, y en este contexto se produce el enfrentamiento de Huayllacancha. 

La resistencia de Rancas 

La comunidad cobró entonces gran protagonismo; unos pocos hombres, mujeres y niños habían puesto en jaque a la empresa hacendada y minera más poderosa de la sierra central del país, la Cerro de Pasco Corporation. El personero legal de la comunidad en ese momento, Gabriel Gora Ayala, señalaba años después en una publicación local, que el número de comuneros ranqueños presentes en el enfrentamiento no pasaban de noventa. Por otro lado, una canción testimonial, de la cual da cuenta el comunero Felipe Atencio Tufino, anota, “doscientos hombres uniformados, y bien armados hasta los dientes, a mi chocita lo han quemado, y a mis hermanos lo han matado” 

Este hecho desencadenaría más adelante una ola incontenible de recuperación de tierras por parte de distintas comunidades afectadas a lo largo de los años por las haciendas colindantes. El polítólogo Howard Handelman anota al respecto, “con esta acción Rancas se convirtió en la primera comunidad serrana de la historia peruana reciente que recuperó por la fuerza tierras de una gran hacienda”. 

Cercos y rompepatas 

En el caso de Rancas la Cerro de Pasco Corporation desarrolló actividades estratégicas para usurpar linderos y expulsar a sus habitantes con el amparo manifiesto del Gobierno, quien puso al servicio de ésta las fuerzas policiales y más adelante persiguió y encarceló a sus dirigentes. Sumado a los constantes actos de humillación y desprecio hacia la población, la Cerro de Pasco Corporation había tendido un gran cerco de alambre sobre los pastizales de la comunidad y colocado rompepatas para perjudicar el ganado waqchilla de los comuneros. Arrobándose el derecho de aprovechamiento de los pastos únicamente para su ganado de tipo mejorado. 

A las muertes de Alfonso Rivera, Teófilo Huamán y Siveria Tufino Herrena el 2 de mayo de 1960 en Huayllacancha, debemos sumar no solo la criminalización de los dirigentes por parte del Estado Peruano sino también la venganza de la Cerro de Pasco que fue más allá de todo límite. A Josefina Oscátegui, una de las muchas mujeres participe de la resistencia, le dispararon en uno de los talones y perdió la pierna a causa de ello. Según me narró, el trato recibido en el Hospital Esperanza de propiedad de la Corporation fue humillante y vejatorio. Ni siquiera repararon que en el momento llevara siete meses de embarazo. “El doctor García sacudía mi pie a pesar que le decía que me dolía “¿Tú quieres sanar de nuevo para ir a pelear a Huayllacancha no? ¡Ha, todavía eres valiente!” 

En el camino de mi investigación sobre estos sucesos me he encontrado con muchos de los protagonistas y sus descendientes. La lejanía en el tiempo y espacio ha hecho que en el imaginario del lector de las novelas, éstos se conviertan en personajes bucólicos. Nada más injusto con la historia escrita con su propia sangre. Es tiempo ya de tomarle la posta a Scorza para construir una historiografía sobre las luchas campesinas que confronte a las versiones mezquinas de un poder que pretende instaurar una sola gran historia del Perú.


III Festival Ecoturístico del Chacu de vicuñas

Posted on | lunes, 11 de junio de 2012 | No Comments

"En el chaco de vicuñas hacen como una faena; para que las vacunen, para que les corten la lana y todo, pero no las matan porque las vicuñas son lindas, bien bonitas,pero son chúcaras. "Del libro Nuestros abuelos nos han dicho 

El día de ayer domingo 10 de junio(2012) se llevó a cabo el III FESTIVAL ECOTURISTICO DEL CHACCU DE VICUÑAS. Rudy Callupe Gora, Alcalde de Simón Bolívar indicó que la Comunidad de Rancas es la única dentro de la Región Pasco que hasta hoy realiza un cuidado y aprovechamiento sostenible de vicuñas, por lo que cuenta con más de 1500 cabezas. 

"Todos participaron de la cadena humana más grande, con el que se rodeó a las vicuñas para llevarlas al embudo y poder esquilarlas, luego vino el matrimonio de la vicuñas y como acto símbolo para que las vicuñas sigan aumentado se realizó el “Palomay”; los recién casados seque quedaron a dormir solitos por unos minutos" Texto y fotografías tomadas de la cuenta de Facebook de la Municipalidad de Simón Bolívar

Recomendamos visitar la página oficial de la Comunidad Campesina de Rancas:  AQUÍ 












Reportaje de ATV (año 2011)

Festival de la Herranza Andina en Pasco

Posted on | miércoles, 24 de agosto de 2011 | No Comments

En el Festival de la Herranza Andina (Pasco) participan las diferentes comunidades del Distrito de Simón Bolívar  y comunidades invitadas por la Municipalidad. En dicho festival se desarrolla una representación de la herranza tradicional,el que se lleva a cabo en los primeros meses del año dentro del ámbito familiar, en las estancias donde se cría el ganado. De esta forma en el festival, en una alegoría de situaciones y colores, se presenta al espectador a manera de espectáculo, el baile, la ritualidad, las relaciones personales y actividades que involucran a la marcación del ganado y el carnaval propiamente dicho.

Mas adelante me ocuparé de forma más extendida sobre el desarrollo de este Festival, sus motivaciones y protagonistas. Por el momento comparto el reportaje realizado por Panamericana Televisión en marzo de 2011,  un ensayo fotográfico de mi autoría y un  reportaje periodístico publicado en el suplemento Variedades del diario oficial El Peruano año 2008, a pesar que dicho reportaje no ahonda en la significación cultural de esta festividad y presenta algunas impresiciones, es una interesante introducción para saber algo más de esta celebración.  





Herranza Andina -Suplemento Variedades (Diario oficial El Peruano)

Semana Santa en Rancas

Posted on | sábado, 23 de abril de 2011 | No Comments


He pasado los dos últimos años en la celebración de la Semana Santa en Rancas. He asistido a la procesión en torno a la plaza, al lavado de la cruz, al rezo en la noche de las tinieblas, al sábado de Gloria, al concurso de alfombras que en su mayoría lo hacen los alumnos del colegio (del que me invitaron a ser parte como jurado el año pasado), he recogido flores en Viernes Santo...

Interior de la iglesia de Rancas

Los responsables de la iglesia desarrollan las actividades coordinadas con los "regidores" o encargados de organizar la Semana Santa en la comunidad. Algunas familias prefieren salir para otros espacios y solo queda el bullicio de unos cuantos chicos que se juntan con las personas que participan en las celebraciones. Como fuere, en Rancas se nota la particularidad de las celebraciones con elementos y actividades propias del lugar.

Cánticos

El texto que copio líneas abajo es producto de la conversación que sostuve el año 2004 con Felipe Atencio Tufino, poblador de Rancas, encargado del cuidado de la iglesia, conocedor de las costumbres de la comunidad y gran narrador de historias.  Las fotografías son del registro de los años 2009 y 2010.

Procesión en la plaza

"En el mes de diciembre se nombra al regidor. Hay dos regidores, ellos se encargan de hacer el rezo de la iglesia, es decir hacen la Semana Santa, la procesión de Cristo crucificado y de la Virgen María. Todo el mes íntegro rezamos en la iglesia desde la seis de la tarde hasta nueve o diez de la noche. El Viernes Santo llevamos en procesión la cruz de la iglesia al río, desde las ocho de la mañana hasta las doce y hacemos un lavado con todo el pueblo.

El Sábado Gloria hacemos nuestra costumbre, pintamos a todos los animales, los adornamos con serpentina y cintas. A las aves silvestres que hemos agarrado las botamos por la ventana también con su serpentina y su cinta. Esa es una costumbre del pueblo, de nuestros viejos antiguos, a eso se le llama, El  Juego del Sábado Gloria. Ese sábado cuando Jesús ya resucitó el gallo canta dentro de la iglesia y salen los animales para la puerta, ahí hacen sus juegos de peleas de gallo y de pato. Salen alpacas, becerros y todo tipo de animales".

Lavado de la cruz en el río San Juan

Manuel Scorza: "Donde hay lucha hay esperanza"

Posted on | sábado, 8 de enero de 2011 | 2 Comments

En esta entrevista de televisión española  Programa "A fondo" (1977), Manuel Scorza habla sobre Rancas, Cerro de Pasco, las luchas campesinas sus personajes y el "gran cerco". 




"Cuando las causas se pierden totalmente uno puede apelar a la literatura y justamente la literatura Hispanoamericana es el gran tribunal de apelación donde se juzga lo que pasa en América Latina, lo que no puede juzgarse en los países se juzga a través de los libros, se reabre el expediente..."




"Rancas históricamente en el Perú es importante porque ahí se dio la última batalla entre las fuerzas de Bolívar y la fuerzas que entonces representaban al imperio español, eso es lo que hacía más grabe la masacre de Rancas, en el último capítulo de Redoble, sobrepongo la marcha del ejército que va a reprimir con la marcha del ejército que va a libertarnos, hay un momento en que se confunden; porque no es posible en el sitio donde el Perú había obtenido su independencia como colonia se volviera producir con toda impunidad una nueva masacre"




Entrevistador sobre la re edición de sus obras (1977- España):  "Estamos deseando reencontrarnos con los amigos de Rancas, esos amigos entrañables con los cuales contrajimos ya, unas vinculaciones afectivas ya hace mucho tiempo. Y con los cuales queremos ya seguir estando en contacto a lo largo de los años que vengan, porque los personajes aunque estén vivos y reales allá en los andes, son personajes que después de su muerte seguirán estando vivos en la obra con la que Manuel Scorza nos presenta una de las historias mas desconocidas por lo menos por los europeos , de la lucha de los campesinos de los andes contra las multinacionales en convivencia con el capitalismo criollo"

Rancas

Posted on | jueves, 19 de agosto de 2010 | No Comments

Publicado en:
Tinta Expresa Año III, N° 3
Lima,2008


Elizabeth Lino Cornejo

La Comunidad Campesina San Antonio de Rancas es la capital de Simón Bolívar, uno de los trece distritos de la provincia de Pasco en el departamento del mismo nombre. Se encuentra ubicado a 8 km. de la capital de la provincia, Cerro de Pasco, enclavado en las alturas andinas del Perú, a 4200 msnm. Los historiadores ocupados en el estudio de este lugar anotan que de acuerdo a la Constitución Política del Estado Peruano, el  el distrito “Simón Bolívar” fue creado en la provincia de Pasco, con su capital San Antonio de Rancas mediante La Ley N° 12292 del 15 de abril de 1955 siendo presidente de la República el General de División Manuel A. Odría. Sus anexos, lo conforman las Comunidades de Quiulacocha, Yurajhuanca, Racco, Sacra Familia y la Hacienda de Pacoyán.

Durante los meses de octubre del año 2003 y mayo del 2004 visitamos la Comunidad Campesina San Antonio de Rancas con el propósito de trabajar en la recopilación de relatos sobre la historia oral, costumbres, tradiciones y literatura oral de esta. Logramos el contacto con los pobladores gracias a la mediación de La Comuna Koripampa, quienes además fueron los que en cierto modo motivaron y facilitaron nuestra investigación en dicha comunidad. La Comuna Koripampa esta conformada por jóvenes que deseosos por mantener viva la memoria histórica de Rancas se ha volcado en diferentes actividades hacia la comunidad, tratando de involucrar a la mayor cantidad de sus pobladores, básicamente niños y jóvenes.

El trabajo tuvo una primera etapa en la cual nos entrevistamos con más de treinta persona de quienes grabamos sus testimonios y relatos. Esta primera etapa entre viajes, rostros nuevos, voces, lugares y frío lo compartí con Kristel Best Urday, bachiller en Literatura por UNMSM quien actualmente cursa una maestría en la universidad de La Plata en Argentina. Tanto Kristel como yo, veníamos de una experiencia compartida con otros compañeros universitarios sobre el trabajo en Literaturas Orales. Deseosas de conseguir un material que nos diera cuenta más allá de lo que Scorza dejó en su literatura sobre Rancas o por el recuerdo del histórico paso de Simón Bolívar por aquel lugar, tratamos de integrarnos con los pobladores quienes amablemente nos abrieron las puertas de sus casas y nos compartieron sus mesas, sus palabras, recuerdos e historias.

La segunda parte de este trabajo que corresponde a la edición a dado como resultado dos volúmenes de textos, uno de ellos el libro Nuestros abuelos nos han dicho, en la que se dan cuenta de la herencia cultural, de las costumbres y el imaginario colectivo de la comunidad en la voz de sus niños y niñas. Del valor y la fuerza de la oralidad como elemento básico para construir y reconstruir identidades.

Los niños de la Comunidad Campesina de Rancas conjugan sus juegos con la vida en sus estancias, con sus padres y abuelos, en sus casas, en la comunidad, en la escuela y en la otra ventana en la que son parte de aquel universo globalizado que introduce en sus vidas y en sus imaginarios elementos nuevos, diferentes y novedosos, tan diferentes a la vida que tuvieron sus abuelos y los más abuelos en sus campos.
Pero con todo aquello no dejan de tener los oídos alerta y la palabra presente cuando de hablar sobre las historias de su pueblo se trata. Afirman sin dudar y convencidos que hay una tarea por delante: “A nosotros nuestros abuelos nos han dicho que cuando ellos mueran, nosotros vamos a seguir haciendo las costumbres”. Recurren entonces al recuerdo de sus abuelos y abuelas y a las historias que ellos les contaron o que de ellos oyeron, relatan con soltura y buen ánimo los cuentos, los mitos, las costumbres y tradiciones de su comunidad. Una comunidad de la que son parte y costumbres de las que son concientes están en la obligación de ser transmisores para la continuidad de su cultura.

Se publican aquí algunos relatos que forman parte de Nuestros abuelos nos han dicho. Cuentos, mitos, costumbres y tradiciones de la Comunidad Campesina de Rancas Pasco – Perú. Narrados por los niños y niñas: Cania Sánchez Martel, Jaquelín Rodríguez Tufino, Susan Olar Cristóbal, Melecio Santiago Robles, Maria Sánchez Cabello y Rosita.

Al zorro se le debe decir compadre

Al zorro si tú lo ves primero lo hipnotizas, pero si él te ve primero a ti te hipnotiza.
*
El zorro para comer a los carneros primero los escoge, los separa en el medio del corral, los carneros están a su alrededor, mira cuál está más gordo y a ese gordo se lo carga en la espalda.
*
Al zorro cuando se le dice “zorro” se ofende, a él se le debe decir compadre. Decirle “zorro” es una ofensa para él. No se sabe porque se ofende, es un misterio.
*
En la punta de la cola el zorro tiene una piedrita y antes de morirse se lo come. Es una bolita de la suerte. Nadie tiene la cola de un zorro con la punta.
*
El perro siguetea al zorro, pero a veces el zorro le pega al perro.
*
Algunos crían zorros. A la persona que lo cría dice que no le roba sus carneros, más bien va a otro sitio a robar y le trae a su amo, le da también su parte.

RANCAS: A 50 años de la Masacre de Huayllacancha

Posted on | lunes, 26 de abril de 2010 | No Comments

Nota importante: La edición impresa del Suplemento Domincal de El Comercio consigna, en el artículo titulado"Recuerdo de Rancas" del domingo 25 de abril de 2010 (por errores de edición y no de la autora) , el siguiente dato: Presidente de la Comunidad de Rancas en 1960 Teófilo Huamán (en la leyenda de la fotografía y en el texto resaltado en rojo) el dato correcto que debería figurar  es "Alfonso Rivera".

La memoria

¿Cómo hacemos para recordar eventos y fechas que no nos obligan a memorizar? ¿Cuáles son las acciones  y cuáles los nombres que deberíamos recordar? La historia de América Latina está tejida sobre luchas y sangre, sobre desigualdades y abusos. En el Perú, el nacimiento de la república sólo tiene el mérito de exacerbar la fragmentación social. Quienes se atribuyeron la voz para decidir el futuro republicano hablaron del “problema del indio”; pero nunca dialogaron con el “indio”. Más aun, diseñaron sesudos estudios para desaparecerlo. Durante mucho tiempo se pretendió invisibilizar a una gran masa, la que en definitiva era la más numerosa, subestimando su capacidad de organización y concepción política. A pesar de los años transcurridos la historia no deja de repetirse. Nos han enseñado a olvidar, silenciando la historia gestada por los pueblos en sus luchas de reivindicación por sus derechos. Nadie nos ha obligado a recordar a hombres y mujeres que en madrugadas gélidas se tragaban la amarga saliva de la injusticia. La lucha por la recuperación de tierras por el campesinado peruano es una de esas historias que documentos oficiales y textos escolares no se ocupan de detallar.

"Rompepatas"

Eran más o menos las tres de la tarde del 2 de mayo de 1960 cuando desde las pampas de Huayllacancha los comuneros de Rancas encabezados por el personero Gabriel Gora y el alcalde de la ciudad minera, Genaro Ledesma se dirigieron a Cerro de Pasco. Allá en la pampa quedaban los restos de las chozas quemadas por las fuerzas policiales; las que habían sido instaladas el día anterior después de la firme decisión de posicionarse de sus tierras. La Cerro de Pasco Corporation además de desarrollar actividades de extracción minera en la zona había adquirido grandes extensiones de terreno en las que criaba ganado de alta calidad y cuya lana era exportada. En su rol de “hacendada”, había extendido su cerco sobre los terrenos de propiedad legal de la Comunidad Campesina San Antonio de Rancas. El abuso de los administradores y caporales de esta hacienda, y la de Pacoyán de propiedad de los hermanos Lercari, se había tornado frecuente. A los comuneros se les quitaba el ganado si estos traspasaban el cerco, sometiéndolos a largas horas de trabajo para su  devolución y colocando “rompepatas” en el camino para deshacerse del ganado.

Aquella mañana estaban reunidos hombres, mujeres y niños dispuestos a recuperar sus terrenos. Dos ex alumnos del colegio de la comunidad se apostaron en las partes altas para dar aviso de la llegada de las fuerzas policiales, de la cual habían sido advertidos el día anterior. Cuando arribaron montados a caballo, las cornetas sonaron y los comuneros se congregaron dirigidos por su presidente Alfonso Rivera. Los uniformados al mando del comandante Vaudenay con el convencimiento de que esas tierras le pertenecían a la Cerro de Pasco Corporation descargaron sus armas sobre los comuneros. Se desató una lucha desigual, entre casquillos de balas, piedras y palos. En medio de caballos que atropellaban mujeres y esparcían el ganado por distintos lados quedó muerto enfundado en la bandera peruana, el presidente de la comunidad, en otro lado yacía tendido Teófilo Humán y Silveria Tufino quien mal herida era trasladad al hospital donde falleció. Así marcharon a Cerro de Pasco, en el camino se les iban uniendo trabajadores que salían de la empresa después de su jornada laboral. Pobladores de Champamarca, Yurajhuanca y Quiulacocha les daban el alcance en bicicletas, en carros, a caballo. La multitud se fue uniendo con destino a la prefectura a reclamar justicia por los muertos, heridos y detenidos en el calabozo de Cerro de Pasco.


Problema vigente

El enfrentamiento podría haber generado más muertes de no haber llegado al lugar el alcalde Ledesma quien se plantó frente al comandante Vaudenay obligándolo a retirar a su contingente. Se fueron dejando tres muertos, más de 60 heridos, una gran consternación ante el atropello y la represalia pendiente para Ledesma y los dirigentes ranqueños.

Después de 50 años es necesario reflexionar sobre estos sucesos, más aun en un espacio como Cerro de Pasco donde la explotación minera carcome indolente la ciudad. Donde se proponen negociaciones desiguales a las comunidades, negando responsabilidades sobre la tierra muerta, las aguas y la sangre contaminadas. ¿Para qué tantas muertes, si finalmente regresamos al inicio de la historia? ¿Si el amparo del Estado no es para nosotros? ¿Si el despojo de las tierras continua?

Historia y Mito

Rancas no es un lugar inventado, no es un espacio donde “flota lo real maravilloso”. Y aunque le debemos a la pluma literaria de Scorza el testimonio de esta gesta y la salida del anonimato de Rancas, todavía queda mucha historia por estudiar; ya que Rancas fue uno de los hitos más importantes en el movimiento campesino peruano que llevó a la reforma agraria.
Los protagonistas de esta masacre, a pesar de los años transcurridos recuerdan con dolor aquel momento, el cual es imposible olvidar cuando las secuelas quedan marcadas en los cuerpos como cicatrices y en el alma como orfandad. Rancas es una comunidad que lucha ante la amenazada de la descomposición comunal generada por intereses externos. La fuerza de empuje y cohesión bajo la cual se ha constituido radica, sobretodo, en el suceso del 2 de mayo de 1960.

La historia de Rancas es una de las tantas historias que no se nos obliga a memorizar, pero el pueblo que es más sabio que los tiranos y sus gobernantes se las ingenia para no permitir el olvido de sus luchas. Después de 50 años aunque los niños y niñas de hoy en Rancas no entiendan muy bien lo que pasó entonces y vean este suceso como lejano y mítico, por lo menos entonan canciones como esta, que son la garantía de la permanencia de la memoria:

Un dos mayo fueron  a luchar los comuneros con gran valentía/ellos defendieron con hondas y palos/recuperaron todas nuestras tierras/en la pampa de Huayllacancha mataron a una gaviota /de su buche sacaron a un hombre muy valiente. 

Canción "Huayllacancha" 
Registro en la comunidad (2010) Elizabeth Lino Cornejo

Descarga el libro Nuestros abuelos nos han dicho

Posted on | domingo, 18 de octubre de 2009 | No Comments

Puedes descargar el libro completo haciendo "clic" sobre la imagen:


PELEA POR LA MEMORIA EN VOCES DE NIÑOS Y NIÑAS

Gonzalo Espino Relucé

Nuestros abuelos nos han dicho es un libro de relatos de la memoria y la tradición oral. Las voces se suceden como ocurre cuando uno narra. Imaginamos a los seis niños y niñas como si estuvieran contándonos a nosotros y aunque no tenemos la posibilidad de narrar, nos sentimos el sexto que asiste a esas sesiones de relatos breves pero intensos, aunque ahora desde nuestra condición de oyentes-lector. Y tiene el registro de quienes llegan establecer relaciones recíprocas para que el acto de narrar fluya transparente y de quien sabe, con maestría traer al blanco y negro de hoja impresa la palabra del otro al tiempo que imita su situación oral. La condición de cuenta-cuentos y la especialización son dos ventajas que considero han estado en juego en este trabajo, pues se trata de dos notables investigadoras de la tradición oral, me refiero a Elizabeth Lino Cornejo y Kristel Best Urday.

Es una recopilación realizada en la comunidad Campesina San Antonio de Rancas, nos llega como un tejido donde se han puesto todos los hilos de los relatos que circulan en la comarca andina. Si esto es así, lo es también en relación a las percepciones cotidianas y la memoria social. Este tejido de narraciones orales andinas se puede apreciar a lo largo del libro. Desde el wakcha, de ese hombrecito pobre, definido como “granoso”, hasta el compadre zorro. Digo mejor “compadre” porque “Al zorro cuando se le dice ‘zorro’ se ofende, a él se le debe decir compadre. Decirle ‘zorro’ es una ofensa para él. No se sabe porque se ofende, eso es un misterio”. Sin olvidar la presencia actuante de las deidades andinas, huacas o jirkas e illas que dan suerte a los pobladores, aun sí es un fragmento, tal como se atestigua: “Mi illa era un cachito, lo encontré en un puquio”. Y por cierto, también, están los relatos sobre opa, el untu, las menciones a condenados y la presencia del gato como elementos de la fabulación andina.

En esta recopilación la muerte aparece como imagen de la cotidianidad y está relacionada con lo que hacen los parientes del difunto y lo que pudiera ocurrir con el muerto en su travesía ulterior. Por eso, los rituales que se tendrán que realizar con sumo cuidado, de manera que los relatos recuerdan cómo velar por tres días y luego hacer el “cinco días”; al tiempo de indicar la importancia de las zapatillas para el viaje que realiza el que muere (“Ellos corren a la gloria, su cadáver estará botado, pero su espíritu se va con toda la zapatilla, el que está con zapato no va a poder”); sin obviar que las almas retornan cada año; aunque “Los nuevos muertos no viene todavía tienen que estar al lado de Dios para probar si no reviven porque a veces se vuelven condenados”.

El libro, así mismo, registra noticias, intentos por conservar las formas del diálogo, registros cotidianos, tal como se puede apreciar cuando se habla del ganado, la caza (chaco), tanto de vicuña como de zorros, donde la conversa se sucede con instancias que exige la aclaración de los otros oyentes: “-La sal se les tira en el campo y ellos comen / – ¡Cómo se le va tirar! Se le amontona en llantas y ellos van lamiendo su sal”) o formas de la sabiduría cotidiana (“La mula no sabe echar cría”).

Con seguridad, Nuestros abuelos nos han dicho, tiene un elemento singular, aquello que con maestría saben recoger las investigadoras: la memoria del pueblo como memoria de las luchas sociales de la comunidad de Rancas. Cuestión que va más allá del mito como elemento de fabulación para ingresar a la historia oral. Es decir, a esa franja de la memoria que desde el poder del capital se quiere silenciar; por eso las recopiladores no dudan en poner en evidencia la persistencia de la memoria de la luchas en Rancas, al reproducir las tres canciones y la lucha de los comuneros (la masacre de 1960 en Huayllacancha). Solo así, la memoria se hace ternura y voz que se opone al silencio, para hablar, para que lo que sucedió no pertenezca al olvido, precisamente porque la comunidad de Rancas se puede preguntar, como creo que las voces de este libro lo hacen: “¿Acaso sabe con quien te estas metiendo?/ ¿Acaso saben con quién esta peleando?”

Pelea ahora desde la ternura, desde la voz de cinco niños y niñas que se han reunido para contarnos, para enseñarnos, para recordarnos, que la tradición oral continúa de generación en generación a pesar de las nuevas formas de la guerra civilizadora. Relatos que en su sencillez, brevedad y carácter fragmentario, muestran la riqueza cultural y nos invitan a conocer ese mundo de Rancas, pero esta vez desde el trabajo cauteloso y especializado y el tratamiento de una escritura que sabe el sentido del, de la, que cuenta, como memoria y como tradición oral.

Tulape, enero 2008.

Silveria Tufino Herrera

Posted on | lunes, 9 de marzo de 2009 | No Comments

Artículo publicado en el Suplemento Dominical del Comercio 8 de marzo de 2009

ESPECIAL
Silveria Tufino Herrera

El valor de una mujer। Anónimas, discriminadas, maltratadas e incluso asesinadas, hay mujeres que, sin embargo, gracias a su excepcional valor y desprendimiento, hacen historia y destierran
el olvido.

Por: Elizabeth Lino*

Silveria Tufino Herrera. Seguramente este nombre, de buenas a primeras, no signifique nada y lo más probable es que pocos identifiquen como un suceso histórico necesario de ser recordado, lo vivido en su comunidad durante los años sesenta. Silveria es una de tantas mujeres anónimas y la historia de su comunidad se vuelve significativa gracias a la fuerza que le otorga la memoria colectiva dentro de un entorno de reivindicación y lucha.

“En Huayllacancha las balas sonaban, el tiempo estaba nublado, en el camino se veía a un grupo de militares de asalto al mando de un superior. Los comuneros se defendían con palos y hondas, las mujeres con sus hijos en la espalda, los militares con caballo detrás de ellas. Y entre todas esas mujeres, Silveria con sus dedos en pedazos. De un balazo le sacaron la mano cuando se agarró del poste. Le pegaron, la maltrataron, pero no quiso salir. Como no se rompía aunque la jalaran, entonces le dispararon en el estómago, le destrozaron las vísceras. Así la llevaron al Hospital Esperanza, ensangrentada. Silveria murió en el momento en que le realizaban la operación, no la pudieron salvar porque estaba destrozada”.

Silveria Tufino Herrera murió el 2 de mayo de 1960. Cuando los comuneros de Rancas, enfrentados con un contingente policial que los superaba en número, habían tomado posesión de las tierras que por derecho les pertenecían y que la entonces Cerro de Pasco Corporation se negaba a entregarles. Después de 49 años, lo vivido aquel día y la desaparición junto a Silveria Tufino de Teófilo Huamán y Alfonso Rivera se relata en su comunidad con tanta pasión e indignación como si aquello hubiera ocurrido ayer.

Silveria era una madre de familia cansada de abusos y decidida a hacer respetar sus derechos como mujer y comunera. Cierto día, durante la primera semana de enero llega Silveria a la casa de su hermano Florentino y le dice, entre lágrimas: “Papá, ayer me ha pateado Donora”. Antonio Donora era el segundo administrador de la hacienda Pacoyán. Esa mañana las vacas que cuidaba Silveria habían pasado el cerco en busca de pasto y ella había pasado a recogerlas. Ahí nomás había aparecido el gringo del caballo y, al verla, se detuvo. Silveria recogía sus vacas, el gringo bajó de su caballo y la agarró a puntapiés.
A partir del recuerdo y la resistencia al olvido, la memoria documenta, selecciona y transmite mediante la oralidad este suceso. Así, en Rancas, a través de los testimonios, generación tras generación se han ido enterando de la masacre de Huayllacancha y de la importancia de este acontecimiento dentro de los levantamientos campesinos en el centro del Perú. Una de las tantas luchas reivindicadoras que no ha sido recogida ni reconocida por la historia oficial. Aquella que, en lugar de otorgarles visibilidad, les niega el reconocimiento a los verdaderos hacedores de la historia de este país:

“Fue muy valiente al enfrentarse a los varones, a los gamonales. Ella era mujer y los demás eran policías, gamonales, eran puros varones. A los gamonales no les ha importado; sean hombres, sean mujeres, les han disparado nomás”.

Historias como las muertes de Huayllacancha y la lucha contra las injusticias explotadoras, dominadoras y usurpadoras se repiten con tanta constancia en este país empobrecido, en el que las diferencias no hacen más que radicalizarse cada día, registros que deberíamos reclamar a la historia oficial, plagada de intereses políticos. Silveria no era muy diferente a muchas mujeres de hoy en día:

“Ella fue una mujer de carácter, de bastante coraje. Era mujer de una sola palabra. No era una mujer posicionada en cuanto a economía, era pobre. No le alcanzaba el tiempo y no era tan preparada como para darles una buena formación a sus cuatro hijos, los criaba sola y se dedicaba a buscar pan y ropa para ellos”.
Estas historias de vida se conocen por la transmisión oral y sobreviven al tiempo por la resistencia al olvido. Porque finalmente la vida está hecha de héroes anónimos, aquellos que se fueron sin lauros ni loas, con sufrimiento y dolor, confiando en que sus luchas sean los pasos iniciales para dejar de someterse a las injusticias.

[*] Narradora oral e investigadora literaria.

Huayllacancha 50 años de resistencia heróica (2010)

Huayllacancha 50 años de resistencia heróica (2010)
Imagen conmemorativa por los 50 años ASCUMAS -RANCAS

Sobre esta página:

Esta página contiene información sobre la Comunidad Campesina San Antonio de Rancas (Pasco-Perú). Publico parte del material obtenido durante mi periodo de investigación desarrollado en la comunidad (relatos, historias de vida, testimonios, fotografías y audios). Material que formará parte de una publicación en la que vengo trabajando.

Los textos que aquí se presentan dan cuenta de la historia no oficial guardada en la memoria, recuerdo y vivencias de los pobladores.

La reproducción del material no está permitido sin previa autorización.


Silveria Tufino Herrera

Silveria Tufino Herrera
Mártir de la recuperación de tierras- Huayllacancha 1960

Comunidad Campesina San Antonio de Rancas

El 27 de agosto de 1926 fue reconocida como Comunidad Indígena. La denominación legal vigente desde el 24 de junio de 1969 es “Comunidad Campesina San Antonio de Rancas”.


La Comunidad Campesina San Antonio de Rancas es la capital
de Simón Bolívar, uno de los trece distritos de la provincia de Pasco en el departamento del mismo nombre. Se encuentra ubicado a 8 km. de la capital de la provincia, Cerro de Pasco, enclavado en las alturas andinas del Perú, a 4200 msnm.

Los historiadores ocupados en el estudio de este lugar anotan que de acuerdo a la Constitución Política del Estado Peruano, Simón Bolivar fue creado como distrito en la provincia de Pasco, con su capital San Antonio de Rancas mediante La Ley N° 12292 del 15 de abril de 1955 siendo presidente de la República el General de División Manuel A. Odría.
Sus anexos, lo conforman las Comunidades de Quiulacocha, Yurajhuanca, Racco, Sacra Familia y la Hacienda de Pacoyán.

Elizabeth Lino Cornejo

Investigadora interesada en temas de memoria, tradición oral e identidad cultural. Con formación en Literatura, Teatro y Antropología.

He publicado Nuestros abuelos nos han dicho(2008), Turmania en la ciudad invisible (2010). Soy coautora del libro Oía mentar la hacienda San Agustín, que recibió el premio Andrés Bello de Memoria y Pensamiento Iberoamericano 2006, en la categoría Memoria Oral.

Vengo trabajando en torno a la Comunidad Campesina San Antonio de Rancas desde el año 2003, he publicado un libro de relatos con los niños de la comunidad y algunos artículos referidos al lugar.

Contacto: elizabethlino@gmail.com

JOSEFINA, la mujer en la lucha por la tierra

JOSEFINA, la mujer en la lucha por la tierra
"Este libro recupera una historia mínima que sin embargo consigue expandirse por las preguntas que desata y por los silencios inscritos en ella. Leer el testimonio de Josefina Oscátegui implica observar cómo la historia del poder y de la hegemonía es vivida por los más pobres. Hoy nadie quiere recordar las viejas luchas campesinas. Hoy nadie quiere hablar de justicia social. Hoy la palabra "desarrollo" ha colonizado nuestros horizontes de sentido. Pero relatos como este apuntan a continuar dando cuenta de hechos que desconocíamos y a mostrar todo eso que quiebra sin piedad a la historia oficial" (Victor Vich) Pakarina Ediciones 2014

Nuestros abuelos nos han dicho

"Los relatos recopilados en este volumen son las voces de niños y niñas de San Antonio de Rancas (Pasco). Encontramos en la expresión de estos niños y niñas la inclusión de una voz fresca que nos remite a la posibilidad de expresar con absoluta libertad aquello que sentimos, que soñamos, que queremos, que necesitamos e incluso nos aproxima a todo aquello que no entendemos" (Miguel Rubio Zapata). Acércate Comunicaciones Globales y Komuna Koripampa 2008.

Primera mención al mérito artístico en la Primera Bienal Intercontinental de Arte Indígena Inti Ñan- Camino del Sol, Ecuador 2006. En la categoría Premio Atahualpa a la tradición oral.

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